martes, 25 de noviembre de 2025

EGIPTO








 















Tras días de preparación, como en cualquier viaje a países lejanos, nos marchamos hacia Egipto. El principal motivo de la salida era escalar unos días en la zona de Sainte Catherine, bajo el Monte Sinaí. Todas las referencias de amigos que habían estado eran muy buenas.

Se trata de un lugar enorme, y con muchas posibilidades, tanto de escalada como de apertura.

Se conforma el grupo para escalar y abrir alguna vía, nos armamos de friends, clavos, 70 chapas, etc. y conformamos un buen grupo: Alfons Esterlich, Edu Sánchez, Hector Sala y yo.

Recopilamos información desde muchos puntos diferentes y compro la guía de escalada en el Sinaí, sin duda alguna una de las mas malas del mundo. Siento decir esto pero, tras pagar 40 €, no me sale otra cosa. Nunca sabes si tienes que caminar 5 minutos o 2 horas para llegar a una vía o sector, ni material necesario, ni dificultad obligatoria, ni reseñas, ni casi nada.

Llegamos a Saint Catherine y allí nos comunican que han prohibido la escalada, pero hace como 6 años. En ningún lugar hemos leído nada, ni tan siquiera en la guía, que es del año pasado y donde aparecen reseñadas varias paredes (bueno decir reseñadas es mucho, una foto con una ralla). Entramos en desespero pero es lo que hay. Tras varios chanchullos los locales acceden a llevarnos a una de las paredes, que no es ni de lejos atrayente para nosotros, al módico precio de 400€, calculando por encima el coste de la vida allí, podían ser unos 2000€, únicamente por acompañarnos a caminando hasta la base de la pared, situada a 1,30h. Como si e acompañan hasta la base de Comalestorres por 2000€, una estafa en toda regla. Les decimos que no y nos hacemos a la idea de que allí no escalaremos, una verdadera pena.

El motivo de la prohibición es que hubo un par de accidentes de escalada con rescates complicados y caros. La respuesta institucional fue tan tajante como estúpida. De paso también prohibieron caminar por la montaña, salvo una de las rutas que suben al Mount Sinaí, repleta de turistas y gran fuente de ingreso local. Esta fue la única actividad que hicimos allá. Subida nocturna con 20.000 turistas mas y 500 camellos. Amanecer en la cima y para abajo. Muy bonito, pero viviendo en el Pirineo, tampoco es para tanto.

Tras la estancia allá Hector y Edu regresaban y nos quedábamos unos días mas Alfons y yo.

La idea era bajar a Dahab, hacer algo de snorkel, alguna excursioncilla y escalar en los sectores deportivos que aparecían en la guía.

Se convirtió en el plan B por fuerza. De camino Edu sugirió irnos al cercano Wadi Rum, por no alargar el viaje al final decidimos probar suerte en los sectores deportivos, seguro que estaban bien y sería un buen destino exótico, graso error.

Dahab es un lugar muy turístico y permisivo, encontramos cientos de chiringuitos de todos los colores, cerveza, gatos, perros, turistas y pececitos de colores.

Primer sector deportivo: deplorable, un granito patinoso, pleno de romos y con graduaciones marcianas. De los últimos días que escalé en casa conseguí un 6c a vista, aquí ya pillo en los V y no consigo escalar ni 6a. Deprimente y desagradable, no me motiva ni siquiera a equipar nada.

El segundo sector mejora algo pero tampoco demasiado.

Edu lo ve claro, de repente se compra un billete de vuelta y desaparece. Nosotros hacemos lo mismo y lo adelantamos 5 días, aún así agotaremos posibilidades.

Un par de días de snorkel, yo como siempre, trago mas agua que Bob Esponja pero alucino con la multitud de pececitos de colores, especialmente en el lugar mas famoso de los alrededores: el Blue Hole.


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