Este es el nombre de una canción de los
inigualables Talking Heads, que esos días sonó bastantes por la tienda-comedor
y una clara referencia a esa última vía que abririamos durante nuestra estancia
en Shafat. Una vez delimitada y escalada, para nosotros la vía perfecta.
Escala de forma directa y sostenida la
zona central de la pared. Lajas magnificas, diedros increíbles y placas para ir
templados nos dejan en la R3 de Granitus Estupendus. Aquí cruzamos siguiendo
una fisura de 6a totalmente limpia y extraña al otro lado del espolón. Nos
volvemos a unir, ya definitivamente, en la siguiente reunion.
Estamos otra vez al pie del espolón final
y... aún nos queda 1 chapa. Propongo, con voz muy baja, ponerla en el espolón
para disminuir la exposicion, creo que no triunfa mucho lo sugerencia. Ferran
se encarga de escalar esos dos largos (V y IV+), ok ya pasé vastante miedo
ayer. Cuando llegó al super-filo veo la cuerda hacia la derecha por el abismo.
Mieeerda no me acordaba. Rápidamente la volteo y la paso a la izquierda.
Prefiero empotrarme con con el diedro, sin duda mas doloroso pero menos
impresionante. En todo caso, y si llega el caso, haré kung-fu.
No es la mas difícil ni la mas larga pero
si que debe ser la mas bonita de todas las vías que he abierto estos días.
Con Edu y Ferran.
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