Quedo con Jorge
y decidimos llegarnos a Canelles para hacer un par de las cortas, a la tarde
han dado lluvias y esta parece una buena opción.
Comenzamos por
esta vía. Sobre el papel parece la vía más fácil de la pared. 6a+ con chapitas
y abierta en solitario por el Tamarite. En principio no debería haber mucho
problema. Pero la experiencia en esta pared me ha enseñado que nada es lo que
parece y que, casi siempre, todo suele ser más difícil de lo que te imaginas,
además sobre terreno desequipado.
Comienza Jorge y
se tira un buen rato largo en concluir este largazo de 55 m. Se ha quejado
bastante, lo cual me hace presagiar que no lo vamos a tener nada fácil.
Efectivamente:
el largo es buenísimo, una super-placa muy larga y plena de pequeños agujeros y
mini lajitas. Pero de 6a+ nada de nada, de nada. Coincidimos que un buen 6b+ de
continuidad con varios pasos de 6b obligados y a cierta distancia de la chapa
se acercaría más a la realidad.
Buf, un chapeau
para José Castanera por abrir esto solito y en libre.
El siguiente
largo marca la misma dificultad, ya tiemblo.
Salgo de la
reunión esperando lo peor y, no. Este si que es 6a+ y se asegura muy bien. A la
placa inicial, dónde se concentra la dificultad, le sigue una preciosa y larga
fisura dónde puedes colocar todo el material que lleves en el arnés.
Rapel y para
abajo.
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