La idea inicial era subir a la cima del Castillo Mayor, fabulosa montaña calcárea muy característica y visible desde muchísimos puntos del valle. A ´última hora decidimos cambiar y darle un rodeo siguiendo el máximo de caminos posible, de paso aprovecharé para ver y fotografiar de cerca todas las paredes que lo defienden.
Comenzamos por la carretera, el primer camino que asciende hacia la norte no lo encontramos ni a la de tres, y mira que dimos vueltas en su busca. El plan B aparece tras otro rato de dar vueltas. Seguimos un excelente camino aunque sin mantener. Poco a poco se hace más pequeño hasta que al final desaparece, toca improvisar. Vamos atravesando canales peligrosas cada vez más grandes y con rocas más sueltas. Una espesa selva nos obliga a remontar un centenar de metros y salir del bosque, en las gran pedrera bajo la norte nos encontramos con el camino que debíamos haber cogido en inicio, bien.
Lo seguimos y al cabo de un rato pasa lo mismo, desaparece. Llegamos a la gigantesca canal que baja del último collado del Castillo. Esta si que es grande y derrumbosa. Nos vemos obligados a remontar unos 200 metros para atravesarla en su inicio, único punto débil. En vez de subir un pelín más, por dónde se ve más sencilla, pasamos por un punto que parecía fácil, pero una vez sobre el terreno vemos que no lo era tanto. Piedras cubiertas de tierra inconsistente que se va todo para abajo con poca presión, obliga a tallar escalones precarios. Tras un momento de tensión, atravesamos. El resto ya es coser y cantar.
Bonita vuelta e interesante pateo de espabilarse fuera de caminos.
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