El Prepririneo Oscense y toda la Sierra de Guara no dejan de sorprenderme. Son lugares dónde siempre tienes nuevas sorpresas, nuevas paredes que conocer, rincones insólitos, una maravilla en todos los sentidos.
La Predicadera la tenía clichada desde hacía muchos años pero el estar rodeada de tan prestigiosos rincones hace que quede un poco disimulada y en un rincón olvidadizo de la carpeta de pendientes.
Finalmente, por pura necesidad, vamos.
Ya tenía fama de roca excelente y vías fáciles, todo lo contrario de su inmediato vecino: Vadiello.
Últimamente se están reequipando algunas vías y abriendo algunas otras, gracias a esto parece que retoma una cierta popularidad, que en realidad creo que nunca llegó a tener (inmerecidamente).
Aprovechando una cena en Riglos, de antiguos currantes de la EEAMB, quedo con Marmo y comenzamos nuestros pequeño periplo exploratorio.
Como ya tenía algunas recomendaciones anotadas, empezamos por la popular Jabalí Errante. Preciosa vía que recorre un espolón tumbado, nos sorprende su belleza, estética y calidad de la roca, un conglomerado con buena presa y muy adherente. Resulta ideal para dos viejos lesionados como nosotros y nos lo pasamos bomba en este rápido recorrido. Diría que su reequipamiento ha suavizado un poco el tema de la exposición porque no pasamos ni el más mínimo apuro, si no todo lo contrario, nos saltamos alguna (en la mayoría nos faltan). Me olvidé la cámara en la base.
Muy recomendable y VVB.
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