Ese día íbamos exclusivamente a hacer foto. Fotos que de antemano sabíamos que quedarían un mínimo aparentes gracias a la belleza del pedazo de muro vertical y sostenido. Figuereo, Pedrinho y yo escalamos algo por la mañana, ya no recuerdo ni dónde, y nos dirigimos por la tarde al Torrent del Pont en busca de la Agulla Jordi Solé i Masip, de forma que aprovecharíamos las mejores luces del día pero con el tiempo justo para hacer las fotos en el largo clave y rapelar. Yo conocía únicamente la parte izquierda de la aguja, dónde con Porta, escalamos Ishi hace unos años y tenía un recuerdo buenísimo de la vía y la roca. Pero ese día fue diferente, sólo trabajo, jumareo y concentración buscando los encuadres más espectaculares (o por lo menos, correctos) dentro de lo poco que daba de si la corta tarde. La roca, esta vez ni la toqué.
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