Preciosa aguja un poco apartada y con unas cuantas vías abiertas. Luego nos dijeron, “que qué raros éramos, ahí no iba nadie a escalar”. “Pues ellos que se lo pierden”. Nos pareció un buen lugar con bonitas escaladas y aún rematamos la faena abriendo una pequeña fisurita con empotradores.Eso si, lo que más nos impresionó fue el final que tuvo la cabrita aficionada al salto base, en la foto no se aprecia, pero los ojos colgaban fuera de sus habitáculos, pelín desagradable visión.
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