Con el objeto de hacer unas fotos en un reciente 7c del Pequeño Capucín, desde varios ángulos, tuve ocasión de comprobar la belleza que aparentaba un itinerario visto ya hace años. Para colmo descubrí una fisura perfecta, de esas de antología, un poco a la izquierda de la salida. Estaba claro que este año caía. El día de las fotos aquello parecían las cataratas del Niágara, había que esperar tiempos de mayor sequía para darle. Y llegaron esos tiempos, y le dimos. En absoluto nos defraudó el itinerario originalmente pensado, con salida rectos por el gran diedro con paso desplomado y espectacular incluido. Aprovechamos también para escalar la bestial fisura que teníamos a nuestra izquierda y controlada con anterioridad, resultando unos metros únicos en Cavallers, a pesar de ser 6b, ojo con ella. Dedicada a Bunny, quién seguro no habría tardado mucho en venir a repetir esta pequeña joya pirenaica. La foto rara del follón de cuerdas es así porque tras abrirla, me descolgué a la reunión inferior (más cómoda) para asegurar desde allí y además quedó otra cuerda fijada arriba.
Como sobraba tiempo, a la bajada aún añadimos un largo de entrada, después se escala un largo de la vieja sirena y las primeras 4 chapas del filo de la navaja.
Como sobraba tiempo, a la bajada aún añadimos un largo de entrada, después se escala un largo de la vieja sirena y las primeras 4 chapas del filo de la navaja.
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