Comenzamos otra justo a la derecha, la
línea viene marcada por un sencillo y precioso sistema de placas con roca
excelente. Abrimos 2 largos y dejamos el último para mañana. Para que estresarse?
Ya estamos mayores y nos lo tomamos con calma.
Al día siguiente escalamos los largos inferiores
y rematamos el último que quedaba por abrir. Son tres largos de idénticas
características a la anterior.
Son las 12 del mediodía y aún tenemos
horas por delante.
Ya habíamos previsto un tercer objetivo al
comenzar. Se trata de una vía evidente y finalizada por un llamativo y monolítico
espolón. Caminamos un rato por la cima con intención de abrir desde arriba el
último largo, pero desistimos finalmente por varios motivos. Bajamos de nuevo a
la base de la pared y comenzamos la vía por dónde toca, por abajo.
Abriremos tres largos y dejaremos el
proyecto para otro día…
Una vez en el bar lo vemos claro: algunos
son más de Estrella y otros de San Miguel.
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