Me hacía gracia visitar Montanejos de nuevo, cada año tenemos un montón de nuevas vías abiertas por los incansables del lugar. Un sitio bonito. Cómodo y con excelente roca. Pero este año sacrifiqué la estancia allí a favor de otros lugares que tenía pendientes de visitar. Aún así no había tiempo para todos y hubo que elegir.
Le tocó a Gestalgar, un pequeño y bonito pueblo inmerso en la sierra y muy cerca de Valencia, a pocos kilómetros de la zona de moda, Chulilla.
Quedo con Fanny, que tiene un par de días libres y vamos en dirección a la pared más grande del valle, la Peña María.
Allí escalaremos la vía más clásica de la pared: No a la Guerra.
Se trata de un itinerario totalmente equipado con chapas y que busca un recorrido asequible, audaz y con la mejor roca posible. La verdad es que la vía es muy buena y se encuentra cosida de seguros, siendo una vía happy-flowers y apta para todos los públicos.
Es curioso que la distribución de los seguros suele estar a una chapa cada x metros, sea IV o sea 6b. Extraña concepción pero que se da bastante por aquí.
Total que lo más curioso de todo es que en el IV te saltas las chapas de dos en dos y en el 6b, según como tienes unos agujeros para poner el gancho. En el primero son naturales puesto que es un muro repleto de agujeros de todos los tamaños. El segundo 6b es una placa tumbada y lisa, tipo slap raro, de las que a mi me gustan. Aquí, entre chapa y chapa hay agujeros picados para gancho, bien grandes y hermosos. Pero por si alguno no los ve, los han pintado de color (dudo muchísimo que sea obra de los aperturistas porque con los años que hace ya se hubiera borrado). Encuentro que han sido muy acertados eligiendo el color de la pintura: rosa, como el fondo de este blog, moniiiisimo.
De todas formas la distancia entre chapas es poca y sale bien en libre toda la vía.
Ese día habían dado nosecuantos litros por metro a partir de las 2. A las 2,30 estamos en la cima y se acercan unas nubes negras y amenazantes. Bajamos para abajo y nos largamos, por si las moscas. Al final no cae ni una gota, hasta bien entrada la oscuridad.
PD: muy acertado el nombre, especialmente en los días en que se puso.
Me hacía gracia visitar Montanejos de nuevo, cada año tenemos un montón de nuevas vías abiertas por los incansables del lugar. Un sitio bonito. Cómodo y con excelente roca. Pero este año sacrifiqué la estancia allí a favor de otros lugares que tenía pendientes de visitar. Aún así no había tiempo para todos y hubo que elegir.
Le tocó a Gestalgar, un pequeño y bonito pueblo inmerso en la sierra y muy cerca de Valencia, a pocos kilómetros de la zona de moda, Chulilla.
Quedo con Fanny, que tiene un par de días libres y vamos en dirección a la pared más grande del valle, la Peña María.
Allí escalaremos la vía más clásica de la pared: No a la Guerra.
Se trata de un itinerario totalmente equipado con chapas y que busca un recorrido asequible, audaz y con la mejor roca posible. La verdad es que la vía es muy buena y se encuentra cosida de seguros, siendo una vía happy-flowers y apta para todos los públicos.
Es curioso que la distribución de los seguros suele estar a una chapa cada x metros, sea IV o sea 6b. Extraña concepción pero que se da bastante por aquí.
Total que lo más curioso de todo es que en el IV te saltas las chapas de dos en dos y en el 6b, según como tienes unos agujeros para poner el gancho. En el primero son naturales puesto que es un muro repleto de agujeros de todos los tamaños. El segundo 6b es una placa tumbada y lisa, tipo slap raro, de las que a mi me gustan. Aquí, entre chapa y chapa hay agujeros picados para gancho, bien grandes y hermosos. Pero por si alguno no los ve, los han pintado de color (dudo muchísimo que sea obra de los aperturistas porque con los años que hace ya se hubiera borrado). Encuentro que han sido muy acertados eligiendo el color de la pintura: rosa, como el fondo de este blog, moniiiisimo.
De todas formas la distancia entre chapas es poca y sale bien en libre toda la vía.
Ese día habían dado nosecuantos litros por metro a partir de las 2. A las 2,30 estamos en la cima y se acercan unas nubes negras y amenazantes. Bajamos para abajo y nos largamos, por si las moscas. Al final no cae ni una gota, hasta bien entrada la oscuridad.
PD: muy acertado el nombre, especialmente en los días en que se puso.
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