Y si estiramos un poco hacia la derecha del Clot del Miquí, llegamos a la visible desde siempre Paret del Doll.
El Doll es una pared compleja, con itinerarios complejos, a veces desagradecidos, pero que tiene un nosequé que engancha. Tras escalar varios itinerarios, la cabeza va más allá y busca nuevas líneas dónde desarrollar la creatividad, dónde aprender, dónde pasar miedo y dónde pasarlo bien. No es fácil pero están ahí, esperando. Iremos a la cita en cuanto tengamos el hueco, y se den las condiciones.
Entre tanto, varias visitas a pie por los alrededores, vuelta completa, mirador de El Balconet, mirador del embarcadero, y como fruto un puñado de imágenes que nos hacen soñar hasta el día señalado.
Alguna de las fotos es bien curiosa y no parece lo que es, pero lo es.
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