domingo, 19 de febrero de 2012

PARET DE XURULLA - EL PADRINO



 Junto con Dani ya habíamos escalado las tres vías existentes en esta pared, a cual mejor. Hacía años que le tenía el ojo echado a este pequeño Montgròs calcáreo, una inmensa placa repleta de agujeros a lo largo de sus 100 metros de altura. Markitos se adelantó, fijándose en lo mismo y trazando las líneas existentes hasta el momento. Pero la pared es lo suficientemente grande como para que cupiesen más recorridos, así que inventamos el nuestro.
Al escalar Petit Mon, el cuello casi se desencaja de tanto estirarlo para ver el tramo de muro situado inmediatamente a su izquierda., ahí le dimos.
Un primer día de bastante trabajo y dejamos 1 largo y medio equipados. Viendo por dónde van los tiros y lo compacto del terreno, a la bajada colocamos alguna chapa más para hacerla sólo con cintas. Abajo, nos encontramos a los Caracoles y bajamos para saludarlos. En ese momento “CLIK”, un extraño dispositivo hace que se cierre el coche con las llaves y la perra dentro. Mierda. Llamamos a la perra para que pase al asiento de delante, por si hubiera suerte y pisara la llave en el punto adecuado, abriendo así las puertas. “Goosa, Goosa” y la Gosa mosqueadísima ni se movía. Finalmente Chavi nos presta, muy amablemente, un martillo y a casca.la.
El segundo día de apertura fue curioso. La vertiente norte del Montsec estaba bien despejada, aunque cubierta por una capa de nieve arriba, para entretener el viaje. Justo pasar al otro lado y una espesa niebla que parece que va y viene pero, finalmente se instala, nos recibe.
Barajamos diversas posibilidades y sugiero: “subimos y entre que llegamos y nos preparamos, si despeja, bien. Si no, la terminamos desde arriba”. “Vale”, asiente Dani y yo voy y pico.
Llegamos, no despeja, pero nos metemos por abajo, la cuerda se pierde entre la niebla, ambientazo pero intenso frío.
Me toca tirarme un par de horas en la reunión y salgo temblando. Acabo el sencillo último largo, ya mejor por el calor acumulado durante el L2. Al llegar arriba, nos recibe el sol, la niebla únicamente está en la vertiente sur. Tenemos que rapelar y meternos de nuevo a Mordor. Día helado pero la vía queda vista para sentencia.
Ahora la postura es esperar un día buenísimo y venir para escalar primero la Escalera de Caracol y después esta, ya que a la bajada pasas por el pie de la vía.
Llegan los fríos intensos y, aún gracias, que vamos encontrando algún rincón resguardado dónde hacer algo de deportiva. El pasado viernes cuadramos y vamos. Comenzamos con la escalera. La vía nos parece bastante buena, algún pequeño cambio con respecto a la primera ascensión (ya he cambiado la reseña del post correspondiente) y el movimiento de salida del 7a no me sale ni a tiros. Necesitaría descansar un rato para darle otro intento, pero comienza el airecillo helador y Dani en la role se queja del frío (con razón), así que lo dejo sin resolver. Es extraño, porque la otra vez me salió en top rope. El grado queda pendiente de confirmar, pero vaya, creo que será eso. Habrá que volver, que tampoco me importa demasiado.
Nos dirigimos hacia el segundo itinerario, que queda un poco más resguardado del frío e ingrato viento del oeste. El nombre será El Padrino, dedicado a la condición de Dani cuando nazca su ahijado. El primer largo navega como puede entre desplomes y zonas lisas, obteniendo un curioso recorrido de 6b con un solo paso concentrado de 7a.
El segundo es una verdadera gozada, un largo muro repleto de agujeros y con grado de continuidad, para disfrutarlo. El tercero bonito, pero de trámite para llegar arriba. Rápelo opcional. Llevar dos cuerdas en muy buen estado, puesto que en el L1 hay que manejar la doble cuerda a la perfección, o sea que escalas tramos  de 10 o 12 metros con una sola cuerda, de lo contrario no llegarás a la reunión o lo harás arrastrándote.






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