Madrugamos para pillar la máxima sombra posible, que será bien poca, únicamente en el primer largo.
Esta pasa por ser la vía mas clásica y recorrida del Pequeño Cervino.
En la base de la pared encontraremos un sector deportivo, la nuestra comienza por la vía situada en el extremo derecho, un diedro perfecto y de gran belleza. De hecho dudo bastante que la vía original vaya por aquí, puesto que a la derecha el terreno es mas sencillo. En todo caso se ha instaurado como entrada habitual y seguramente es el mejor largo de todo el recorrido.
Le siguen unas placas bastante indefinidas pero que vas encontrando clavos y buenos agarres. Mas arriba la arista ya se define totalmente, llegados al puente de roca gigante, optamos por la derecha aunque también parece posible por el lado contrario. Una zona un poco rota nos indica que quizás no es lo mas habitual venir por esta vertiente. En todo caso es poco tramo y volvemos al filo de la arista.
Bajo el resalte final nos decidimos a ascender recto, pese a que por la derecha se intuye bastante mas fácil.
El resultado es muy satisfactorio, mas sencillo de lo que parecía, se equipa bien y roca excelente.
Señalar que ha estado bien el no llevar ningún tipo de reseña, solo una info hablada y muy escueta. Buscarse la vida, adivinando el recorrido siempre te da algo mas de satisfacción, aunque la verdad es que aquí ha salido bien, en otros terrenos te puedes liar y mucho.
Con Juan, Carlos y David.
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