sábado, 8 de noviembre de 2014
VAMOS MEJORANDO
Y por fin sale el sol y viene el buen tiempo que ya nos acompañará el resto de las vacaciones.
Instalamos un avanzado en la base de la pared, o sea, un depósito de material colgado en un árbol para subir y bajar lo más ligeros posibles.
Con el sol van apareciendo bichos, gentes del lugar, nos cambia la cara. La temperatura es ideal durante el día y fría por las noches. Igual que en Pirineo a la misma altura (unos 2000 m). Árboles gigantescos, casi todos tocados en mayor o menor medida por los rayos. Al parecer aquí las tormentas eléctricas son de una violencia inusitada y pueden crear situaciones muy peligrosas. Por suerte no pillamos ninguna.
Justo esconderse el sol, las temperaturas descienden estrepitosamente. Por suerte, la abundante leña del lugar nos calienta y convierte en más Carpantas de lo que ya somos (algunos) de por sí.
Unos simpáticos abuelitos del lugar nos ofrecen varias setas de las que acaban de recolectar. Una es rara y el hombre dice cosas en Turco. El caso es que, entre pitos y flautas, va también para la olla.
Lamentablemente le toca a Alberto, que para colmo era el único que la había identificado como dudosa, incluso posiblemente tóxica, y se la zampó toda sin darse cuenta.
El efecto fue fulminante y se pasó los siguientes días en el hospital. Unido a que su estancia había quedado reducida a una sola semana, dio como resultado que escaló únicamente una vía. Posiblemente la intoxicación vino dada por mezclar esa seta con alcohol (vino).
Todo estaba preparado para empezar a saborear la roca del lugar.
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