El día que abrimos la Madame, ya nos quedamos con esta evidente línea fisurada, un poco más a la izquierda. Pero había la reciente El río que nos lleva.
Pensaba repetir esta última y ver el espacio libre real, pero al poco un amigo la hizo. Le pregunté si arriba salía por la fisura, como se aprecia en la reseña, y me dijo que no, que no recordaba ninguna fisura y que era todo placa. Perfecto.
Con Mija, le dimos un tiento. El abrió el primer largo, que prometía una placa difícil, pero corta, al principio y un diedro con fisura fina, después. El diedro resultó ciego y dio más trabajo del previsto. Le entro al siguiente largo y ya veo las chapas de la otra vía en la placa de la derecha, bastante cerca y que van hacia la fisura. Subo con buenos friends y un paso difícil, entorpecido por un matojo. La verdad es que las pasé canutas en un tramo, ahora está limpio de vegetación. Llego a la primera chapa de unión e imagino que ahora el río se va a la izquierda a coger de nuevo la placa. Pos no. Me cago en to lo que se menea, la vía sigue por toda la fisura hasta arriba. Me acuerdo repetidas veces de la buena memoria del amigo, después me confesó que cuando baja de las vías no se acuerda de casi nada, también podía haber dicho antes este pequeño dato.
Acabo el largo por el río, maldiciendo y aseguro a Mija, maldiciendo. Además me ha cogido una pájara del calor, el madrugón, el no comer y el no beber.
Una vez arriba, comentamos la jugada, esto ni es vía ni es nada, una variantilla, semiequipada que nunca hará nadie, y con razón.
Se enciende la bombillita, ¿y si nos descolgamos y colocamos cuatro chapicas hacia la derecha, justo antes de unirse al río, en busca de unas pequeñas fisuras paralelas. Como tenemos tiempo de sobras, así lo hacemos.
La vía, al final se ha arreglado y queda guapísima (salvo unos bloques entrando a R1). Lo único que va un poco demasiado cerca de la anterior, para mi gusto, pero ha merecido la pena.
Los grados más difíciles, el 7a+ del L1 y el 7a del L2, son orientativos y a confirmar. Entre el peso, el calor y el tal y tal (excusas de todo tipo), no salieron en libre, aunque los probamos un poco. Habrá que volver. En todo caso son dos tramos muy cortos, difíciles, concentrados y nada obligados.
PD: se ha repetido la vía y en ambos largos, los pasos difíciles, en libre son 6c. Error de cálculo.
Llegados al Mallo la Mora, unos parapentistas nos deleitaron con pasadas rasantes a muy pocos metros de la pared, tan pocos que podíamos hablar con ellos, todo un espectáculo perfectamente organizado y sincronizado por los caracoles. Aprovechamos para hacer unas cuantas fotos. Descenso por la flamante ferrata inoxidable y, como aún queda un rato para que bajen las otras cordadas, aprovechamos para hacer los dos primeros largos de Inazio Cinto. En la primera tirada te tienes que aplicar buscando el itinerario más correcto y subiendo cuidadosamente por un corto diedro terroso. El segundo recorre un amplio espolón muy vertical y con alguna panza. La que marca el centro de la tirada resulta la clave, con dos pequeñas regletas disimuladas y de las que hay que tirar como un campeón. Un último paso en placa acaba con la poca pila que queda, ya que los dos pasos difíciles de más abajo no son nada evidentes y es necesario tantearlos antes, eso cansa. El punto rojo queda pendiente para la próxima, que la habrá.
