Aún nos queda algo de material y un día libre que tenemos que rellenar. Esta opción no resulta perfecta para acabar pronto y emprender el largo viaje de regreso a casa.
Un espolón tumbado y de buen granito clama al cielo ser escalado. Para llegar a el únicamente hay que cruzar el río buscando el lugar mas adecuado.
Cerca del espolón encontramos un lugar donde lo haces sin mojare los pies.
El primer tramo, visto desde la carretera, no se estaba nada claro, por la gran verticalidad que se intuía. Al final resulta super fácil gracias a la abundancia de enormes presas de pies y manos. El resto también sencillo y de gran belleza, con la roca mas limpia que en las otras vías que hemos abierto estos días.
Las posibilidades de colocar friends son excelentes. Llegamos a R2 con idea de acabar pero aun me encabezono yo en hacer otro largo mas y superar, al menos, la barrera de los 200 metros, no conseguido. Se rompe la broca y tengo que bajar hasta R1 a buscar otra de recambio que habíamos dejado allí.
Finalmente nos queda un pequeño itinerario sencillo pero muy bonito y digno de repetir, ideal para combinar con su vecino “Ya tu sabe mi amoool”
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