Sin dejar la misma Roca Alta, Gaspar y Paco no permanece indiferentes ante la visión del evidentísimo diedro que ralla la pared en su zona mas corta, a la derecha del itinerario anterior.
Así nace el Diedre del’Erik. Roca buenísima y escalada prácticamente desequipada, salvo reuniones, en esta vía de las que ya cuesta encontrar.
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