sábado, 26 de diciembre de 2015
PONOTX - CAFÉ LICOR
Una gran vía en una gran montaña siempre te da cierta incertidumbre. Aunque en este caso bastante menos puesto que estaba toda equipada (bastante) y con la posibilidad de rapelar tranquilamente en cualquier momento. Por lo tanto la falta de horas no era un excesivo problema. Elegimos Café Licor para subir hasta lo más alto del Ponotx.
Esta tenía fama de ser una de las mejores vías de la pared y gran clásica a día de hoy. Pero es larga, nosotros lentos y el día corto.
Como cada día, nos levantamos a las 6,30 para aprovechar al máximo las horas de luz.
El primer largo ya te deja bien en uno de los pasos. Después la cosa suaviza sensiblemente y los grados nos parecen bastante vidilla, hasta legar al desplome gordo.
Aquí la cosa ya tira y una vez estás con los pedales ya cuesta más soltarlos, más si desploma así. Buen ambiente y clip clip clip, se van sucediendo unos tras otro los seguros emplazados, hasta que se acaban. Aquí debe haber saltado algún clavo, las marcas delatan. Menos mal que siempre llevo un semaforito y otro mediano por si acaso. Junto con algún fisurero pequeño, sirven para resolver ese último tramo de fisura fina.
Los pasos de gancho aún los estamos buscando…
Llegamos al jardincillo superior, bajo el cual nos han dicho que muchas cordadas ya dan por finalizada la ascensión.
Al escalar el espolón del largo 8, flipé con la calidad suprema y con lo que se pierden los que bajan antes. Sin duda la mejor tirada de toda la vía. De esta role si pensamos bajar en rápel ya es el mejor punto, la cima está a tocar. Si no, unos metros más nos dejan al final de la pared. El rapel es una opción rápida y cómoda en este caso puesto que las instalaciones quedan rectas y no existen puntos de posibles enganchones de cuerda, aunque, nunca se sabe.
Nosotros hemos optado por el rápel, por si íbamos justos de horario. La verdad es que llegamos a la R8 sobrados de tiempo.
En resumen una muy buena vía, aunque quizás me esperaba un poco más.
Como nota discordante, en algÚn punto va demasiado justa de espacio, navegando como puede con la Xirimitas y la Fisura Gallego, con la que comparte tramos en común y hace que ya no sea una vía de arriba abajo sin ninguna expansión.
Bajamos hacia el coche y damos por finalizada la estancia en el levante, nos espera un largo camino. A las 2,30 de la mañana se acaban las vacaciones ante la puerta de casa. El frío es intenso, demasiado incluso.
No recuerdo exactamente si era en el L6 o el L7 que había unas marcas de pintura diseminadas por la pared y que me recordaron muy mucho a la No a la Guerra (Gestalgar). Si alguien sabe de que va el tema, es por curiosidad.
Y con esa entrada doy por finalizada la serie Levantina, está claro que en cuanto pueda, hago otra escapada.
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