Otra de las clásicas de la Magdalena, casi tan buena como su vecina 98 occ, pero con un punto menos de verticalidad. A modo de tobogán iremos cogiendo carrerilla hacia los verticales muros superiores. Como siempre roca excelente y ambiente asegurado.
Como siempre hay un pero, abajo el recorrido es el mismo, o casi el mismo (que es peor) que la Mingo Arenas y arriba el espacio vital es más bien justito. También se hubiera podido enderezar de manera que quedase más independiente de la Mingo, conservando ambas su autonomía aunque aumentando la dificultad de la Ignasi en un tramo a la altura del árbol.
Con Joan, provenientes ya ni me acuerdo de dónde, pero de algún sitio.
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