sábado, 4 de abril de 2015
LA MAGDALENA SUPERIOR - CHARLOT
Esta es una de esas vías a la que hace tiempo le tenía ganas. Porqué? Pues ni idea, pero me hacía cierta gracia esa arista solitaria y, en apariencia, plena de grandes agarres.
Provenientes del Gorro Frigi, con Solé y bajo una persistente niebla que terminó por envolvernos, disfrutamos de o lindo.
Un buen itinerario con roca excelente y los seguros colocados de forma normal, bastante equipada pero sin exageraciones aberrantes.
Todo transcurrió con normalidad hasta que enlacé los dos últimos largos y al llegar a la reunión de la cima del contrafuerte, esta había desaparecido gracias a los rompe-todo.
Así sin pensar mucho, calculo que irían a sacar los seguros añadidos a la vía normal, quizás también a las vecinas de la izquierda (esto me lo imagino, pero ni idea) y ya de paso, y sin mucho seso, se cargaron la reunión de esta por estar por ahí. Otra gloriosa empresa de las cruzadas pasadas de rosca.
El caso es que ya me rozaba bastante la cuerda y, para rematar la faiena, tuve que atravesar a la izquierda unos cuantos metros hasta llegar al rápel de la vía normal.
Pero, ahora viene lo mejor, un hecho de aquellos inexplicables u que pasan pocas veces en la vida, un poltersgeist.
Mientras aseguraba a Solé y totalmente envuelto en la niebla, voy tirando las cuerdas hacia abajo para que queden ya situadas hacia el lugar por el que vamos a rapelar (la vía normal de la Magdalena Superior). De golpe, veo en el collado un gran bulto rojo que no adivino a saber de lo que se trata. La cuerda va bajando, hasta tocarlo. Por mucho que miro, no acierto a ver con certeza lo que es. ¿Habrá regalillo?
De golpe, y supongo que alertado por mis gritos de Subeee y el contacto con la cuerda, cada vez más pesada, el bulto comienza a moverse. Miro bien y a su lado hay otro bulto, este verde.
Los dos se menean y, repentinamente, aparecen dos personajes de dentro. ¿¿?? Se abre un poco la niebla y ahora veo mejor el panorama: son dos guiris que salen de sus sacos, medio vestidos. Se acaban de arreglar, recogen y se largan del venteado collado. Curioso, ¿no?, sobre todo teniendo en cuenta que son las dos y media del mediodía. Sueño atrasado?, siesta prematura?, resacón de botellón? Ni idea, pero el camino-guiri por excelencia que sube a la cima de la Miranda de Santa Magdalena, les a enviado finalmente aquí para reposar Dios sabe que.
Que historia más chunga Luichy...menos mal que no les pillastes metidos en el mismo saco y meneandose...jajaja. Un saludo.
ResponderEliminarQue historia más chunga Luichy...menos mal que no les pillastes metidos en el mismo saco y meneandose...jajaja. Un saludo.
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