Y como no hay dos sin tres nos fuimos a otra más. Esta vez descendimos a la izquierda para acometer el grueso del macizo desde la zona más baja. Aquí se inicia un gran pedestal con diversos itinerarios que mueren en su cima, compuesta por una explanada. Elegimos la Directa Ecos, bonito itinerario en el que hay que escalar un poco más. Arriba pretendíamos continuar por una arista pero en la zona fácil nos desviamos a la dere y salimos por otro. Tanto da porque la dificultad era la misma y la belleza también.
En cuanto al tema de los seguros. Sin llegar a exagerar, si en las otra podía sobrar alguno, aquí podía faltar. Su calidad tampoco ya es la misma.
En el último largo fu dónde más yuyu pasé, especialmente n la placa final de salida dónde únicamente pude colocar un alien azul más psicológico que otra cosa. Rollo te abstraes y solo piensas “es fácil, aquí no te caes”. Cuando sube Marmo, oigo: “te has saltado un spit”. “Tooonto”, añado yo.
Otra buenísima vía dónde hay que dar un poco más el callo.
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