La cara sur del casco ofrece cortas pero bonitas escaladas al sol y sobre un granito erosionado y con formas.
A inicios del pasado verano descubrimos que tras las nevadas y ventadas invernales un enorme árbol que había al pie de vía había sido arrancado de cuajo, modificando ligeramente el terreno.
Por un lado desaparecía como R0 y barandilla para no caernos al patio de abajo. Por el otro, el suelo había bajado como un metro, quedando al descubierto una placa bien lisa. Actualmente todo ha vuelto a la normalidad.
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