Como muchas veces pasa, tenemos una joya ante nosotros y no sabemos verla. Yo también había pasado por aquí hacía años y ni reparé, eclipsado por el tapión mucho más grande del Feixan y situado justo detrás. Esta vez, desde lejos, si que me fijé y a la semana siguiente ya estaba a pie de vía para comprobar si era tan guapo desde cerca que desde lejos. Lo era.
Justo al poco apareció Husa y no me costó mucho engañarle para investigar una primera línea. Seguiríamos lo más lógico, medio-sencillo y con mejor roca. Pero el camino no era nada fácil de adivinar. Así pues, nos decidimos por recorrer el paño central, aprovechando las más débiles debilidades. El resultado fue bastante satisfactorio, pero ese día no hicimos cima, quedándonos bajo una fisura ancha y especialmente bonita. Por un lado no quedaba demasiada batería y no sabíamos lo que aguarda en las placas situadas sobre la fisura; por otro lado no teníamos friend nº 5 (cam 4) necesario para asegurarse en ese tramo y no quería colocar una chapa allí; y en último lugar había que bajar de allí arriba. Así que dejamos algo de material en esa reunión y recorrimos una aérea repisa hasta su extremo izquierdo, bastante cerca del suelo. La batería nos dio para un único parabolt que nos permitió bajar al suelo.
Al cabo de un par de semanas, era Hector quien subía la cuesta a escasos metros de mi. Volvimos a escalar lo abierto anteriormente y nos plantamos bajo la amplia fisura, con algo más de batería y un flamante friend gordo.
Le toco a él resolver este largo y se lo pasó bomba colocando en todo momento friends a cañón, uno tras otro, de manera que no hizo falta poner ni una sola chapa en toda la tirada. Montamos la reunión final y lo que sería el descenso normal por la cara este, reforzando de paso la instalación de una sola chapa con otra más.
Ya teníamos una.
Aprovechamos para dejar un zulo de material, este lo montaríamos al principio de verano y lo desmontaríamos al final, siendo clave para que nuestras ya castigadas espaldas sufrieran lo justito.
PD: posteriormente, este año hemos abierto otra vía que viene directa por la izquierda hasta la R5 y montado otro descenso recto, y muy rápido y cómodo por aquí. Son 3 rápeles (desde la R6), el último de 60 metros justos que nos deposita en el suelo, a unos 10’ a pie del inicio de la vía.
Como muchas veces pasa, tenemos una joya ante nosotros y no sabemos verla. Yo también había pasado por aquí hacía años y ni reparé, eclipsado por el tapión mucho más grande del Feixan y situado justo detrás. Esta vez, desde lejos, si que me fijé y a la semana siguiente ya estaba a pie de vía para comprobar si era tan guapo desde cerca que desde lejos. Lo era.
Justo al poco apareció Husa y no me costó mucho engañarle para investigar una primera línea. Seguiríamos lo más lógico, medio-sencillo y con mejor roca. Pero el camino no era nada fácil de adivinar. Así pues, nos decidimos por recorrer el paño central, aprovechando las más débiles debilidades. El resultado fue bastante satisfactorio, pero ese día no hicimos cima, quedándonos bajo una fisura ancha y especialmente bonita. Por un lado no quedaba demasiada batería y no sabíamos lo que aguarda en las placas situadas sobre la fisura; por otro lado no teníamos friend nº 5 (cam 4) necesario para asegurarse en ese tramo y no quería colocar una chapa allí; y en último lugar había que bajar de allí arriba. Así que dejamos algo de material en esa reunión y recorrimos una aérea repisa hasta su extremo izquierdo, bastante cerca del suelo. La batería nos dio para un único parabolt que nos permitió bajar al suelo.
Al cabo de un par de semanas, era Hector quien subía la cuesta a escasos metros de mi. Volvimos a escalar lo abierto anteriormente y nos plantamos bajo la amplia fisura, con algo más de batería y un flamante friend gordo.
Le toco a él resolver este largo y se lo pasó bomba colocando en todo momento friends a cañón, uno tras otro, de manera que no hizo falta poner ni una sola chapa en toda la tirada. Montamos la reunión final y lo que sería el descenso normal por la cara este, reforzando de paso la instalación de una sola chapa con otra más.
Ya teníamos una.
Aprovechamos para dejar un zulo de material, este lo montaríamos al principio de verano y lo desmontaríamos al final, siendo clave para que nuestras ya castigadas espaldas sufrieran lo justito.
PD: posteriormente, este año hemos abierto otra vía que viene directa por la izquierda hasta la R5 y montado otro descenso recto, y muy rápido y cómodo por aquí. Son 3 rápeles (desde la R6), el último de 60 metros justos que nos deposita en el suelo, a unos 10’ a pie del inicio de la vía.
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