Desde el año pasado tenía la espinita clavada y estaba claro que Camille debía ser una de las vías a realizar en el próximo viaje a Ansó. El recorrido es muy bueno y navega entre placas y fisuras mayoritariamente equipadas. A parte de subirla, variamos de pared y nos permite ver cosas interesantes.
La roca es excelente, salvo algún tramo que necesita atención.
A pesar de todo lo que podamos leer por ahí, se trata de una vía muy recomendable y es ya, pese a quien pese, una de las grandes clásicas del valle.
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