La montaña sigue quemando pero parece que el aire ha parado. Con un poco de suerte hoy podría quedar controlado, aunque por el momento no paran de pasar los helicópteros e hidroaviones cargados con agua.
Es de agradecer la labor llegada a cabo por todos los que están dando el callo en apagar el fuego. De hecho son una de aquellas profesiones que, por la labor que realizan, nunca estarán lo suficientemente pagadas.
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