Justo debajo de las paredes típicas de Àger, existe otra pista paralela, que desciende hasta la ruinosa Ermita del Colobó. En sus inmediatos alrededores y caminando lo mínimo encontramos un buen número de rocas, totalmente vírgenes por el momento y de calidad excelente. Para que luego digan que se acaba la roca…
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