Por dónde si que voy a continuar, es dando un repaso a toda la cara Sur de Montserrat, aprovechado la futura aparición de la nueva guía de vías cortas (volumen 1). Viendo algunas novedades y un montón de fotos que he estado disparando en los últimos dos años (más o menos).
Comenzamos por la Bauma de Can Solà, sin novedades en la zona de la cueva, pero con un buen número de itinerarios nuevos en la vertiente contraria, gracias a Joan Vidal. La roca es caliza de franjas, muy vertical o desplomada y de calidad sumamente variable. Ideal para pasar una mañanita de invierno y volver a casa con los brazos bien inflados. Y según como, hasta con un chichón, si te cae un roc al cap.
Sin ser ninguna maravilla, el lugar es tranquilo y te solventa un día tonto.
El primer día que fui a hacer mis apuntes, iba sólo y medio llovía. Llegando a la base de la pared, vi un grupo de jabalisitos, con la mamá, que dormían apaciblemente bajo la roca. Intentando parecer un gato volví sobre mis pasos sin hacer el más mínimo ruido y, pies para que os quiero. Al final la pared me quedó pendiente un montón de meses. En ese mes no se que pasaba, que en varias ocasiones me topé con familias de cerdos peludos. Siempre sólo, uf.
En las fotos aparecen: Héctor, Ninu e Indi.
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