Y para terminar con Mallorca, un recorrido por algunas de las vías del Entreforc. Hay más: las Bóvedas, que recorre la zona desplomada a la izquierda de la Rectal ; los Suizos, un osado itinerario de placas equipadas con spits, que cruza la normal y, probablemente alguna otra, pero no tengo croquis. Todo el valle que baja a la increíble y superconcurrida Sa Calobra está lleno de roca, de buena roca. De hecho, toda Mallorca está repleto de paredes, algunas de ellas con buenas vías (y no hablo de deportiva), pero no aparecen recogidas en ningún trabajo medianamente actualizado. Esperemos que alguien se decida alguna vez a recogerlas en una guía. Hay vida más allá de los tochos.
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