Cómo vía sola, se queda un poco corta, pero para combinar con la Aguja del Moro resulta perfecta, ya que se encuentra unos minutos más arriba del final de la anterior.
Sin ser ninguna maravilla, la roca es buena y el itinerario atractivo.
Otra cosa sería que hubiera más vías por los alrededores y completar así una buena jornada disfrutando de la roca pinchosa y con gota de agua que tiene esta parte de la pared. Pero antes habría que abrirlas. Cara sur, ideal para los fríos días que se avecinan.
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