Por debajo de a Pared del Santo Cristo, un poco a la izquierda y cayendo directamente al río, encontramos la Aguja del Moro Juan. Lo más curioso de esta roca es la Cueva del Moro, que entra por la vertiente norte y atraviesa toda la pared hasta desembocar en un gran agujero de la cara sur. Se accede sin problemas a pie y en un lugar de lo más curioso.
El perfecto espolón que se sumerge en las aguas del Ésera y muy visible desde el puente romano, contiene un estético itinerario, pero difícil uy con cierto compromiso. Bonito?, pues la verdad es que no mucho, vía total de coleccionistas. Para el resto de datos, podéis consultar la reseña.
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