Vamos para atrás, como los cangrejos.
El día anterior escalamos la que pasaba por ser una de las mejores vías de la Dent: Ithaque. Yo diría más, de las que he hecho, la mejor sin duda alguna. Lástima que sólo llegue hasta media pared.
Tras una primera parte bastante tumbada y que sirve de calentamiento (8 largos), la pared toma una verticalidad alarmante, teniendo en cuenta la escasez de agarres de esta montaña. Menos mal que cambia la tónica y estos aparecen en forma de regletas, generosas barandillas o fisuras y diedros. Una vía diferente y una escalada entusiasmante nos dejarán un estupendo sabor de boca. Lástima que acabe dónde acaba. En las fechas en que la realizamos, pocas opciones coherentes con el resto de la vía, existían para llegar hasta la cima, ahora la cosa a cambiado sensiblemente y es posible alcanzar la cima por itinerarios como Homere o l’Iliade con dificultades sostenidas y similares a Ithaque, obteniendo larguísimas escaladas de 1.000 metros o algo más, todo un reto a tener muy en cuenta.
Metros y metros de granito dónde aplicaremos las técnicas más variadas, desde lisas adherencias hasta técnicos diedros, y con sólo unas cuantas cintas y algún amigo, por si las moscas.
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