Última entrada, de momento, dedicada a Santa Ana. Una pequeña gran vía con todos los ingredientes para convertirse en un objetivo codiciado. Una de aquellas virguerías que suelen pasar desapercibidas al personal y que quedan relegadas al injusto olvido de la noche de los tiempos.
Inicio buscando el terreno más sencillo, con roca mala y muchas lajas y bloques superpuestos, a tratar con sumo cariño (tiramos unos cuantos abajo), menos mal que es fácil. Desde una cómoda y gigantesca plataforma iniciamos el diedro perfecto del L2, buena roca aunque recubierta de un polvillo que no da muy buen punto a la adherencia, técnico de empotres variados. El tercer largo es brutal, supera por la derecha el gran techo que cierra el diedro; inicio en artificial equipado y salida espectacular y técnica con un patio que no te lo crees para lo corta que es.
El último largo también es realmente bueno, roca de la mejor calidad y placa con panza intermedia; el primer tramo resulta bastante expuesto y no del todo fácil, pero eso lo solventaremos fácilmente con algún clavo plano.
Una vía imprescindible para los amantes del género Montrebei en pequeño.
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