Una llegada por la tarde, un día perro, tiempo sumamente inseguro, son algunas de las excusas para visitar los numerosos bordillos que pueblan las bases de las paredes rigleras. Ante tanto magnífico itinerario, parece una nimiedad quedarse en las bases de los mallos. ¿O no?, cada cual decide. De todas formas tampoco está mal como toma de contacto de la peculiar roca riglera. En la foto Nacho de jovencico.
Un curioso boulder, que realizaba la juventud del pueblo de pequeños, era atreavesar todos los mallos, a poca distancia del suelo, buena forma de pasar la tarde y hacer muchos metros.
Ji ji qué buena la foto del Aguililla Real, cuando la deportiva empezaba a sonar ya estaba allí montando el nido...
ResponderEliminarDe paso decir que hay varios bordillos más a la izquierda, bueno bordillos de 70 m ... de séptimo grado en los que hay que estar al loro y hacer un poco de película para desmontar.
Ale un saludo
Me suena gomollón ese zagalico....
ResponderEliminarsaludotes
Carlos Soneman
Qué bien! Por fin me entero cómo se llama mi primer 7b! Hasta ahora 'el de las chapas blancas'
ResponderEliminarGracias Luichy
Santi: Pon reseñas de esos 'bordillos'...