El puenting lo introdujeron en España una pareja de Suizos, en los años 80, saltando desde un puente a otro en el Mascarat. Vaya comienzos, debe ser el salto más impresionante de la península. 40 metros de uno a otro y colarse entre medio del arco, que se ve bien pequeño, pero pasas.
Posteriormente se expandió esta práctica por el resto de provincias, sólo necesitabas un puente con la altura idónea para no comerse el suelo. Montanejos, Montserrat y el Pedraforca fueron puentes que me vieron bajar a toda leche y cada vez decía nunca mas. El último fue en Montserrat, unos compañeros de estudios, que nada tenían que ver con la montaña me pidieron que les montara uno y quedamos un día para ello. El cercano a Monistrol, y ya clásico, se prestaba bien a que se rajaran sólo con verlo, ya que tiene cierto recorrido e impresiona bastante, al menos a mi. Monté el rollo con la esperanza de que se asustaran y a la hora de la verdad se echaran atrás. Salté el primero, de muestra y para quedar bien, esa vez si que fue la última. En vez de acongojarse, saltaron repetidas veces cada uno, normal, de pie en la barandilla, de cabeza. Los tíos (y tías) no tenían miedo.
Hace poco acompañé un rato a unos amigos en Castellón, durante una sesión de saltos, con hacer cuatro fotos ya tuve suficiente.
Estos morellans estan torrats...jajaja. Yo no me tiro ni que me paguen...uuuff que miedo.
ResponderEliminarOsti Luichy corrian los años 80 y nos fuimos pa el Peñon..Un di buscando otras paredes por el Mascarat oimos unos gritos...einnggg? Y vimos a unos "locos" tirarse d'un puente hacia otro puente...Cullons quin flipe !!! yo debia tener 16-18 años que acojone...
ResponderEliminarY luego pa Monistrol.
Gràcies pels records