Esta aguja emerge de las canales casi imperceptiblemente, bueno la Aresta Brucs, porque la cara Este es un tapión bien visible. Canales que contienen un sinfín de historias, como la región de Agulles misma, unas susceptibles de ser contadas y otras no. Canales, bloques, baumas bivacs y más bivacs, noches estrelladas que constituyen el imborrable recuerdo que marcará el resto de tu vida.
Nuestro período agullero tuvo varias etapas:
1-Inicios, descubrimiento, aclararte de que es que, dónde está y como se va. Recorridos de vías fáciles, no dábamos para más, pero expuestas, es lo que había.
2-Cierta soltura, ya te atreves a meterte en cosas cada vez más difíciles, le pillas el truco y descubres que, normalmente a mayor dificultad, mayor número de seguros. Menos mal.
3-Leíamos revistas y libritos de escalada y queríamos hacer lo mismo. El rollo era intentar forzar en libre todos los artificiales que se nos pusieran por delante. A ser posible equipados, por si las moscas. Teníamos todo un mundo por descubrir.
4-Abrir vías nuevas.
La 5 ya no existió, emigramos a otras zonas de Montserrat y después, con lo de los coches, a otros lugares más lejanos.
El dátil albergó dos etapas bien diferentes de nuestro periplo: la inicial, con su fácil Aresta Brucs y la que más me gustó, la penúltima. Para esta la Mossen Cinto fue una buena prueba.
-Aresta Brucs: el pie de vía, en un árbol, resultaba bastante difícil de encontrar, lo más fácil era pasárselo de largo. La primera vez, seguro, luego ya estaba ubicado. Este itinerario lo recorrimos bastantes veces, era como un test en el V grado inicial hipercosido de buriles, hecho muy poco habitual en esa dificultad. No siempre salía limpio. Estética y frecuentemente recorrida.
-Spirulina: un buen día aparecieron unos tornillos puestos a la derecha de la arista, rápidamente los recorrimos y más tarde nos enteramos del nombre y la graduación. Correcta, aunque no era especialmente bonita.
-Mossen Cinto: era todo un reto intentar aquel pedazo de muraco todo en libre, que supiéramos nosotros nunca se había probado. No por nada, únicamente imagino que a nadie se le había ocurrido ir y no tocar los seguros, como en tantas otras vías. Sirva este post de homenaje al Cabra, compañero de escalada durante unos cuantos años y excepcional escalador para su edad. Se metió dónde no debía haberse metido nunca.
Tras hacer un par de itinerarios de calentamiento, entre ellos la Brucs, el Cabra se curró magistralmente el primer largo, yo cuando lo vi pensé que por ahí no subíamos en libre ni de coña. Pero el tío lo luchó como un jabato.
El segundo largo salió especialmente agradecido, por un estético canalizo y algo de dificultad al salir de la reunión. Una pequeña joya para quién sepa apreciarla.
Tr., cíñete a la aguja en particular…
Voy a intentar de nuevo hacer el comentario. Comentaba que en la ressenya del Dàtil pone 26-10-98. Supongo què és un error pq yo la hice a principio de los setenta.
ResponderEliminarFijaté bien Mingo 58.
ResponderEliminarJoder que cinco
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