De momento he
dejado las paredes y me dedicaré una temporada a la deportiva que, por motivos
de lesiones continuas, tenía olvidada desde hacía unos años. Con la consecuente
caída en el pozo oscuro de la limitación de grado y esto no puede ser.
Comienzo por una
semanita “allí abajo”. De camino paro en Siurana para ver a los amigos y
escalar en esas bonitas paredes a las que no venía hacía años. Can Gans Dionis
con el Olivé y el Sánchez, buen día en buena compañía.
Después ya bajo
en dirección al verdadero destino final: Montanejos y Olba.
Allí escalo con
Pitxi, unos chicos Franceses que conocí en el aparcamiento y, la mayoría de
días, con Mampel.
Hacemos
deportiva en Montanejos y, sobre todo en Olba, buenísimo lugar con vías entre
muy buenas e inhumanamente buenas. Magnífico.
Como siempre
tiene que haber una excepción que confirme la regla, un día a modo de
medio-descanso de nuestros castigados dedos vamos a hacerle gasto a los friends
a la Peñaescabia.
Desde que los
Caracoles publicaron en su blog el descubrimiento y apertura de tres vías (al
parecer ya había algo de hace años, pero vete-tu-a-saber) ya me fijé en ella y
tenía ganas de conocerla, aunque no encontraba el momento. También es una
medida tonta y está un poco a desmano de casi todo.
El lugar nos
sorprendió muy gratamente: un valle escondido y lleno de rocas interesantes, a
la par que muy tranquilo y lejos del mundanal ruido.
Rápidamente
localizamos la vía y el punto dónde se inicia la aproximación.
Respecto a esta,
hubo disparidad de opiniones, aunque a mi me gustó bastante, sabiendo lo que
hay.
En general sigue
un sistema de fisuras con roca de buena
calidad a excepción del primer largo, dónde hay que ir con cuidado, además es
el más difícil en conjunto. Luego nos encontramos con algunos bloques muy ,
pero muy, grandes y en los que te tienes que subir encima por narices (además
los seguros van ahí), aguantaron bien, pero…
Por otro lado
tiene muy buenos tramos en bavaresa y el resalte difícil, cotado inicialmente
como 6b+?. Sale bien en 6b, sobre todo gracias al único clavo puesto en el
punto clave y que te hace apurar tranquilo.
A la salida se
escaquea totalmente a la izquierda y nos quedamos con las ganas de subir la
torre final, así que inventamos una salida directa arriba por una canal que
encontramos, tras eliminar otras posibilidades. Esta salida resulta rotilla,
facil y feucha, pero nos saca escalando de la pared, mola.
Arriba
disfrutamos de unas vistas excelentes y bajamos por el cómodo camino de la vía
normal.
Seguro que
volveré.
Hombre que sorpresa Luichy, si esa te gusto no te pierdas la fisura de los Sesentones, cacharreos a placer.
ResponderEliminarSaludos
Antonio