














Algunas imágenes otoñales de Travessani, tomadas antes de las nevadas.
Y cierro la caseta durante unos días, cambiando la montaña por la playa.






Esta vez quedo con Cèsar para hacer algo que termine a medio día, a ambos nos va bien para resolver unos asuntillos por la tarde.
Nos subimos a la cima del Montesc y alucinamos con el interminable mar de nubes que se extiende ante nosotros. Aquí arriba escalaremos en camiseta y con calor durante todo el día, mientras que en Àger no han visto el sol ni se han quitado la chaqueta.
Nos aventuramos por la aproximación en descenso, chollo total si no aparecen los malos con la cartilla.
La idea es hacer primero Invasiò Siberiana y después otra vía desequipada que hay justo a su izquierda.
La primera resulta, como era de esperar, una ascensión fluida y exquisita, con roca excelente durante todo el recorrido y seguros gordos y brillantes para no pasar ningún miedo.
La de al lado no se veía nada clara y decidimos repetir su vecina vía del Silenci (que ya escalé hace un par de años). Otra gozada similar.
A la una ya estamos en el coche y nos bajamos hacia Àger, la niebla nos engulle y nosotros nos vamos a engullir los bocatas.
Con las prisas me dejo la cámara en el coche. Las que aparecen aquí las hizo Cèsar con el móvil.







Ir a un nuevo sector cerca de casa siempre es motivo de alegría. Además de algo muy poco habitual.
Ya hacía tiempo que quería ir a la pared equipada más recientemente de Guayente. Aquí Juan y, sobre todo, Josiño han abierto un montón de vías que complementan las cinco existentes de hace años.
A pesar de su corta longitud, media de 15 m, máximo 25, me pareció una zona muy interesante. Todas las vías eran buenísimas, a pesar de unas graduaciones algo extrañas, aunque no más de lo habitual. Comencé bien, seguí mal y terminé muy bien y contento. Seguro que vuelvo, gracias Josiño por tan buenas vías.
Encontraremos algunas placas regleteras, muy técnicas, de dedos y morfológicas en ocasiones. Esto hace que los enanos nos mosqueemos en algún 6a+ que igual ni olemos.
Luego están los desplomes, mayoría aquí, con buenos agarres y pasos violentos seguidos de una buena dosis de continuidad. Para lo corto que son, se te pueden llegar a atragantar y alargar más de lo debido. Aquí, con algo de pila ya triunfas más y te deja mejor sabor de boca. Incluso a los enanos.
Adjunto el croquis oficial y sin ningún retoque.
Las fotos buenas son de Chechu Arribas, muchas gracias.