El otro día, huyendo de las intensas y persistentes nieblas y en busca del cálido sol invernal, fuimos a parar a Abella de la Conca, el jardín de Rosso.
Hacía años que no venía a escalar a este increíble calcáreo. Las nuevas aperturas aparecidas, no hace mucho, en un artículo de desnivel, motivaban una nueva visita.
Templo de tranquilidad, paz y poca presa. Se imponen los impresionantes muros exageradamente técnicos, alternados por secciones con algo más de canto. La roca es especialmente agresiva en algunas zonas, pero la escalada, por lo general es más que excelente.
Dudamos en la elección para poder aprovechar las máximas horas de sol y terminamos en La costera, Sur. Lo que no teníamos controlado es que a medio día la montaña de delante oculta al preciado astro. Al final terminamos escalando en la vertiente norte, más que nada por perrería de cambiar de sitio. Unas vías nuevas y muy buenas, aunque no excesivamente limpiadas.
En resumen: a pesar de las nuevas aperturas, no es un lugar para escalar un montón de vías, una tras otra. Los seguros, normalmente alejan un poco y los pasos chungos son bastante obligados. Vías buenísimas y grandes posibilidades de desarrollo. Entorno bucólico. Escalada difícil y grado que no regala nada, para nuestro gusto todo un plus de más, como norma. Incluso un 6c+ que ensayamos, en el pegue bueno le dimos 7a+ por unanimidad, pero el grado es lo de menos, o no…
En todo caso, felicitaciones a Pep Boixadós.
Hacía años que no venía a escalar a este increíble calcáreo. Las nuevas aperturas aparecidas, no hace mucho, en un artículo de desnivel, motivaban una nueva visita.
Templo de tranquilidad, paz y poca presa. Se imponen los impresionantes muros exageradamente técnicos, alternados por secciones con algo más de canto. La roca es especialmente agresiva en algunas zonas, pero la escalada, por lo general es más que excelente.
Dudamos en la elección para poder aprovechar las máximas horas de sol y terminamos en La costera, Sur. Lo que no teníamos controlado es que a medio día la montaña de delante oculta al preciado astro. Al final terminamos escalando en la vertiente norte, más que nada por perrería de cambiar de sitio. Unas vías nuevas y muy buenas, aunque no excesivamente limpiadas.
En resumen: a pesar de las nuevas aperturas, no es un lugar para escalar un montón de vías, una tras otra. Los seguros, normalmente alejan un poco y los pasos chungos son bastante obligados. Vías buenísimas y grandes posibilidades de desarrollo. Entorno bucólico. Escalada difícil y grado que no regala nada, para nuestro gusto todo un plus de más, como norma. Incluso un 6c+ que ensayamos, en el pegue bueno le dimos 7a+ por unanimidad, pero el grado es lo de menos, o no…
En todo caso, felicitaciones a Pep Boixadós.